A través de sus signos y relatos, Jesús siempre estuvo -y sigue- llamando a la gente a reflexionar sobre sus vidas a la luz de la gracia de Dios y de nuestro llamado bautismal. Esta actividad continua de Jesús continúa a través de su Cuerpo, la Iglesia, en el culto comunitario, en el estudio y la meditación de la Biblia (la Palabra de Dios), en el voluntariado en la parroquia y la comunidad, y a través de la oración personal. Estas facetas son la vida de fe y nos forman diariamente para ser más como Cristo en el mundo.
Con este fin, Santa María se esfuerza por ofrecer oportunidades variadas para todas las edades para continuar fomentando y fortaleciendo nuestra fe en Jesucristo como sus seguidores.